domingo, 22 de julio de 2007

Los Cimientos I: El Arte Griego

Cuando tenía solo 5 años recuerdo que mi madre me regaló una enciclopedia sobre las grandes culturas de la antigüedad, la cual atesore por años, hasta que mi hermanita la tomo y la recortó para convertirla en un collage para un pobre trabajo de colegio, y hasta el día de hoy no me recupero de esa perdida, y mi hermana aun no sale de la universidad... bueno esa es otra historia.

Lo realmente relevante de todo esto es que esta maravillosa enciclopedia estaba llena de fotografía e imágenes de estatuas esculpidas en mármol, donde artistas plasmaron lo que más adelante quise imitar en un gimnasio, los cánones griegos del desarrollo físico. Hasta el dia de hoy son para mi referencias a la hora de entrenar y focalizar un objetivo.

El arte griego es el resultado de la mezcla de muchos elementos diferentes. Adaptaron la herencia de las culturas anteriores y la perfeccionaron con una serie de elementos propios , haciéndola suya y creando una nueva cultura y arte, que fue más tarde la base de toda la cultura occidental. ¿Pero como nace toda esta concepción? , la cual perdura hasta hoy, a continuación me gustaría dejar algunas reseñas.

El tema central de la escultura griega es la representación de la figura humana. El escultor griego buscó la perfección corporal del hombre, esforzándose por representar prototipos humanos ideales, incluso se podría decir, que hubo una época en la que el arte griego representó únicamente atletas desprovistos de ropajes. De hecho la palabra gimnasio deriva de gymnos, desnudo. El material preferido de trabajo fue el mármol blanco. La escultura griega alcanzo su apogeo en el Periodo Clásico, que es el periodo de la perfección griega. En las obras de este periodo se confirma más claramente la idea griega de la belleza, consistente en la proporción por medio de la ordenación matemática entre las diferentes partes de la obra. La simetría se basa al mismo tiempo en relaciones aritméticas simples (por ejemplo que la altura total ideal debe ser siete veces la altura de la cabeza). Algunos grandes escultores de este periodo fueron: Mirón, Fidias, Policleto, Praxiteles, Scopas, Lisipo, etc.

El Discóbolo, estatua de tamaño natural realizada por Mirón de Eleutera hacia el 450 a.C. pertenece al periodo clásico del arte griego.

El deseo de alcanzar una armonía entre el cultivo y desarrollo de las cualidades físicas, intelectuales y morales fue objetivo primordial de la educación griega antigua (y de la educación ateniense en particular),esto se resume en la siguiente frase, "la gimnasia para el cuerpo y la ‘música’ para el alma" , entendiendo “música” en sentido griego, es decir, todo aquello que queda bajo el patrocinio de las Musas, o sea, la educación intelectual en general.

La educación física y la práctica del deporte tuvieron una arraigada implantación en el sistema educativo (algo que no se ha vuelto a repetir prácticamente hasta nuestra época y que Chile simplemente no tiene) , a partir de la creencia de que la práctica de ejercicios corporales es un medio de adquirir y mantener no sólo la salud física sino también el equilibrio mental y incluso de desarrollar y pulir las cualidades morales de las personas.

Pero incluso en esas lejanas épocas existían detractores y duros críticos sobre las consecuencias de excesivo ejercicio y la perdida de los cánones estéticos, en un fragmento del poeta trágico Eurípides hacia 420 a.C. nos presenta ya el lado oscuro, pues en él aparecen descritos los atletas como seres inútiles para la comunidad, como sacos de carne que sólo piensan en comer y que, una vez que su momento de gloria ha pasado, se arrastran por la vida como juguetes rotos: “De los innumerables males que hay en Grecia, ninguno es peor que la raza de los atletas. En primer lugar, éstos ni aprenden a vivir bien ni podrían hacerlo, pues ¿cómo un hombre esclavo de sus mandíbulas y víctima de su vientre puede obtener riqueza superior a la de su padre? Y tampoco son capaces de soportar la pobreza ni remar en el mar de la fortuna, pues al no estar habituados a las buenas costumbres difícilmente cambian en las dificultades. Radiantes en su juventud, van de un lado para otro como si fueran adornos de la ciudad, pero cuando se abate sobre ellos la amarga vejez, desaparecen como mantos raídos que han perdido el pelo. los enemigos llevando . Sería preciso, entonces, coronar con guirnaldas a los hombres sabios y buenos y a quien conduce a la ciudad de la mejor manera siendo hombre prudente y justo, y a quien con sus palabras aleja las acciones perniciosas, suprimiendo luchas y revueltas. Tales cosas, en efecto, son beneficiosas para la ciudad y para todos los griegos”.

En esa época Eurípides escribe sobre el exceso de "ejercicio", crítica muchos aspectos del deporte de competición y entre ellos, el aspecto físico de los atletas, cuya dieta sobrealimentada los convertía en máquinas de comer (“esclavos de sus mandíbulas y víctimas de sus vientres”) y en hombres de cuerpos deformes. Eurípides estaba pensando en concreto en los boxeadores y luchadores, porque a diferencia de lo que sucede en el deporte actual, los atletas no eran agrupados según su peso, sino que todos competían contra todos, de manera que los entrenadores prescribían a sus pupilos copiosas dietas a base sobre todo de carne con el objeto de aumentar su masa corporal, pensando que eso suponía una ventaja a la hora de competir. Pueden imaginarse que con frecuencia el resultado final de ese régimen no era precisamente el físico del discóbolo, sino una figura barriguda y deforme (¿Coleman estas leyendo esto?).


Sobre todo a partir del momento en que el deporte griego se hace definitivamente profesional, en la segunda mitad del siglo V a.C., en los escritos de muchos poetas, oradores, médicos y filósofos de la antigua Grecia volvemos a encontrar críticas semejantes a las vertidas por Eurípides contra el insano entrenamiento y régimen de vida de los atletas, que convertía a personas que en principio deberían ser prototipo de salud e incluso de belleza y armonía corporal, en hombres de cuerpos deformes por el sobredesarrollo y la excesiva especialización del entrenamiento e incluso en hombres de salud precaria.

Un tratado médico recogido entre las obras atribuidas a Hipócrates y titulado Sobre la alimentación, resume estas ideas en una frase: “La constitución del atleta no va de acuerdo con la naturaleza”. También Platón rechaza el régimen de vida y entrenamiento de los atletas de su época, por estar destinado exclusivamente al desarrollo de la fuerza física, sin tener como objetivo esa armonía entre lo físico y lo intelectual y moral que preconiza el sistema educativo diseñado por Platón, y porque ese entrenamiento, basado –según el filósofo- en mucho comer y mucho dormir y en un régimen de vida muy estricto, resulta muy perjudicial para la belleza y la salud del cuerpo, ya que “si se apartan un poco del régimen prescrito, esos atletas sufren grandes y violentas enfermedades”. ¿No han sufrido ya bastantes atletas de serias enfermedades relacionadas con los métodos extremos de desarrollo muscular, roids incluidos?

Hasta el momento todo lo dicho es únicamente del cuerpo de los atletas varones, y no quisiera dejar de dedicar unas palabras a las mujeres deportistas. Naturalmente, el deporte femenino, tanto en el mundo griego como en el mundo moderno, y era restrictivo, dado el papel que se asignaba a las mujeres en una sociedad eminentemente masculina como la griega antigua, para ellas era mucho más difícil que para los varones el acceso a una educación física continuada y sistemática, a lo que debemos añadir el hecho de que las mujeres no podían participar en las grandes competiciones deportivas e incluso tenían prohibido el acceso a ellas siquiera como espectadoras. No obstante estos prejuicios contra las mujeres atletas no son sólo cosa de las sociedades de hace más de dos milenios, sino que se han mantenido hasta el deporte contemporáneo, hasta bien entrado el siglo XX. Todavía el fundador de los Juegos Olímpicos modernos, el barón Pierre de Coubertin, afirmaba que el papel que las mujeres debían desempeñar en unos Juegos Olímpicos era, sobre todo, el de coronar al vencedor...

La única excepción a este machismo griego fue Esparta, donde mujeres practicaban el deporte de manera habitual en las mismas condiciones que los hombres, es decir, desnudas. La incorporación de las espartanas al mundo deportivo y al culto al cuerpo se atribuye al mítico legislador Licurgo, quien con el deseo de preparar futuras madres, afirmaba que gracias al deporte ellas podian resistir mejor los esfuerzos del parto y dar a luz hijos sanos.

No puedo evita mezclar el pasado con el futuro, actualmente miro el culturismo y lo veo al igual que algunos críticos de la antigüedad vieron a sus atletas olímpicos, seres inmensos y desproporcionados, que dejaron atrás los cánones de la racionalidad y la belleza, ahora todo es una carrera por acumular toneladas de músculos, y en este afán lejos de cultivar virtudes hemos mutilado el cuerpo de nuestros atletas, es ejemplo patente Flex Wheeler, quien perdió un riñón, el infarto del señor de los gemelos Mike Matarazzo, y la perdida del hombre más definido jamás visto Andreas Münzer. Si la palabra fisicoCULTURISMO, que indica la cultura y escultura de nuestro cuerpo, debiese cambiarse a QUIMICOculturismo o físicoACUPUNTURISMO, hace rato que no se ve belleza, estetica y simetria en los grandes campeonatos internaciones.

Como se hecha de menos las lineas clásicas como las del atleta atleta yugoslavo Milos Sarcev, uno de mis culturistas favoritos y el artifice de los progresos de Gustavo Badel.
Un video de un maestro que al parecer volvería a los escenarios.

Aquí un video en a mi parecer, su mejor estado físico.




Uf, me fui en la profunda...

No hay comentarios.: